El poder de Satanás para engañar puede ser muy grande–cuando el hombre
escoge a quedarse en la ignorancia. En todas las edades ha habido una
lucha decidida de la verdad contra el error. Pero la mayor de todas
las luchas está a las puertas. Una de las crisis mas masivas de la
historia está en el futuro cercano. Dice la Biblia acerca de
Babilonia, "Sus pecados han llegado hasta los cielos, y dios se ha
acordado de sus iniquidades."
Apocalipsis 13 predice está cerca el tiempo en que cuando aquellos que
honren las verdades fundamentales de la Biblia serán denunciados como
enemigos de la ley y del orden. Individualmente debemos de conocer la
Palabra de Dios por nosotros mismos para que podamos estar en el lado
correcto en aquel día.
Y DESPUÉS de estas cosas vi otro ángel descender del cielo teniendo
grande potencia; y la tierra fue alumbrada de su gloria. Y clamó con
fortaleza en alta voz diciendo: Caída es, caída es la grande
Babilonia, y es hecha habitación de demonios, y guarida de todo
espíritu inmundo, y albergue de todas aves sucias y aborrecibles." "Y
oí otra voz del cielo, que decía: Salid de ella, pueblo mío, porque no
seáis participantes de sus pecados, y que no recibáis de sus plagas."
Apocalipsis 8:, 2, 4.
Estos versículos señalan un tiempo en el porvenir cuando el anuncio de
la caída de Babilonia, tal cual fue hecho por el segundo ángel de
Apocalipsis 14:8, se repetirá con la mención adicional de las
corrupciones que han estado introduciéndose en las diversas
organizaciones religiosas que constituyen a Babilonia, desde que ese
mensaje fue proclamado por primera vez, durante el verano de 1844. Se
describe aquí la terrible condición en que se encuentra el mundo
religioso. Cada vez que la gente rechace la verdad, habrá mayor
confusión en su mente y más terquedad en su corazón, hasta que se
hunda en temeraria incredulidad. En su desafío de las amonestaciones
de Dios, seguirá pisoteando uno de los preceptos del Decálogo hasta
que sea inducida a perseguir a los que lo consideran sagrado. Se
desprecia a Cristo cuando se manifiesta desdén hacia Su Palabra y
hacia Su pueblo. Conforme vayan siendo aceptadas las enseñanzas del
espiritismo en las iglesias, irán desapareciendo las vallas impuestas
al corazón carnal, y la religión se convertirá en un manto para cubrir
las más bajas iniquidades. La creencia en las manifestaciones
espiritistas abre el campo a los espíritus seductores y a las
doctrinas de demonios, y de este modo se dejarán sentir en las
iglesias las influencias de los ángeles malos.
Se dice de Babilonia, con referencia al tiempo en que está presentada
en esta profecía: "Sus pecados han llegado hasta el cielo y Dios se ha
acordado de sus maldades." Apocalipsis 18:5. Ha llenado la medida de
sus culpas y la ruina está por caer sobre ella. Pero Dios tiene aún un
pueblo en Babilonia; y antes de que los juicios del cielo la visiten,
estos fieles deben ser llamados para que salgan de la ciudad y que no
tengan parte en sus pecados ni en sus plagas. De ahí que este
movimiento esté simbolizado por el ángel que baja del cielo,
alumbrando la tierra y denunciando con voz potente los pecados de
Babilonia. Al mismo tiempo que este mensaje, se oye el llamamiento:
"Salid de ella, pueblo mío." Estas declaraciones, unidas al mensaje
del tercer ángel, constituyen la amonestación final que debe ser dada
a los habitantes de la tierra.
Terrible será la crisis a que llegará el mundo. Unidos los poderes de
la tierra para hacer la guerra a los mandamientos de Dios, decretarán
que todos los hombres, "pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y
siervos" Apocalipsis 13:16, se conformen a las costumbres de la
iglesia y observen el falso día de reposo. Todos los que se nieguen a
someterse serán castigados por la autoridad civil, y finalmente se
decretará que son dignos de muerte. Por otra parte, la ley de Dios que
impone el día de reposo del Creador exige obediencia y amenaza con la
ira de Dios a los que violen sus preceptos.
Dilucidado así el asunto, cualquiera que pisotee la ley de Dios para
obedecer una ordenanza humana, recibe la marca de la bestia; acepta el
signo de sumisión al poder al cual prefiere obedecer en lugar de
obedecer a Dios. La amonestación del cielo dice así: "¡Si alguno adora
a la bestia y a su imagen, y recibe su marca en su frente, o en su
mano, él también beberá del vino de la ira de Dios, que está preparado
[derramado] sin mezcla alguna en el cáliz de su ira!" Apocalipsis
14:9, 1O.
Pero nadie sufrirá la ira de Dios antes que la verdad haya sido
presentada a su espíritu y a su conciencia, y que la haya rechazado.
Hay muchas personas que no han tenido jamás oportunidad de oír las
verdades especiales para nuestros tiempos. La obligación de observar
el cuarto mandamiento no les ha sido jamás presentada bajo su
verdadera luz. Aquel que lee en todos los corazones y prueba todos los
móviles no dejará que nadie que desee conocer la verdad sea engañado
en cuanto al resultado final de la controversia. El decreto no será
impuesto estando el pueblo a ciegas. Cada cual tendrá la luz necesaria
para tomar una resolución consciente.
El Sábado será la gran piedra de toque de la lealtad; pues es el punto
especialmente controvertido. Cuando esta piedra de toque les sea
aplicada finalmente a los hombres, entonces se trazará la línea de
demarcación entre los que sirven a Dios y los que no Le sirven.
Mientras la observancia del falso día de reposo (domingo), en
obedecimiento a la ley del estado y en oposición al cuarto
mandamiento, será una declaración de obediencia a un poder que está en
oposición a Dios, la observancia del verdadero día de reposo (Sábado),
en obediencia a la ley de Dios, será señal evidente de la lealtad al
Creador. Mientras que una clase de personas, al aceptar el signo de la
sumisión a los poderes del mundo, recibe la marca de la bestia, la
otra, por haber escogido el signo de obediencia a la autoridad divina,
recibirá el sello de Dios.
Hasta ahora se ha solido considerar a los predicadores de las verdades
del mensaje del tercer ángel como meros alarmistas. Sus predicciones
de que la intolerancia religiosa adquiriría dominio en los Estados
Unidos de Norteamérica, de que la iglesia y el estado se unirían en
ese país para perseguir a los observadores de los mandamientos de
Dios, han sido declaradas absurdas y sin fundamento. Se ha declarado
osadamente que ese país no podría jamás dejar de ser lo que ha sido:
el defensor de la libertad religiosa. Pero, a medida que se va
agitando más ampliamente la cuestión de la observancia obligatoria del
domingo, se ve acercarse la realización del acontecimiento hasta ahora
tenido por inverosímil, y el tercer mensaje producirá un efecto que no
habría podido producir antes.
En cada generación Dios envió siervos Suyos para reprobar el pecado
tanto en el mundo como en la iglesia. Pero los hombres desean que se
les digan cosas agradables, y no gustan de la verdad clara y pura.
Muchos reformadores, al principiar su obra, resolvieron proceder con
gran prudencia al atacar los pecados de la iglesia y de la nación.
Esperaban que mediante el ejemplo de una vida cristiana y pura,
llevarían de nuevo al pueblo a las doctrinas de la Biblia. Pero el
Espíritu de Dios vino sobre ellos como había venido sobre Elías,
impeliéndole a censurar los pecados de un rey malvado y de un pueblo
apóstata; no pudieron dejar de proclamar las declaraciones terminantes
de la Biblia que habían titubeado en presentar. Se vieron forzados a
declarar diligentemente la verdad y señalar los peligros que
amenazaban a las almas. Sin temer las consecuencias, pronunciaban las
palabras que el Señor les ponía en la boca, y el pueblo se veía
constreñido a oír la amonestación.
Así también será proclamado el mensaje del tercer ángel. Cuando llegue
el tiempo de hacerlo con el mayor poder, el Señor obrará por conducto
de humildes instrumentos, dirigiendo el espíritu de los que se
consagren a Su servicio. Los obreros serán calificados más bien por la
unción de Su Espíritu que por la educación en institutos de enseñanza.
Habrá hombres de fe y de oración que se sentirán impelidos a declarar
con santo entusiasmo las palabras que Dios les inspire. Los pecados de
Babilonia serán denunciados. Los resultados funestos y espantosos de
la imposición de las observancias de la iglesia por la autoridad
civil, las invasiones del espiritismo, los progresos secretos pero
rápidos del poder papal—todo será desenmascarado. Estas solemnes
amonestaciones conmoverán al pueblo. Miles y miles de personas que
nunca habrán oído palabras semejantes, las escucharán. Admirados y
confundidos, oirán el testimonio de que Babilonia es la iglesia que
cayó por sus errores y sus pecados, porque rechazó la verdad que le
fue enviada del cielo. Cuando el pueblo acuda a sus antiguos
conductores espirituales a preguntarles con ansia: ¿Son esas cosas
así? los ministros presentarán fábulas, profetizarán cosas agradables
para calmar los temores y tranquilizar las conciencias despertadas.
Pero como muchas personas no se contentan con las meras razones de los
hombres y exigen un positivo "Así dice Jehová," los ministros
populares, como los fariseos de antaño, airándose al ver que se pone
en duda su autoridad, denunciarán el mensaje como si viniese de
Satanás e incitarán a las multitudes dadas al pecado a que injurien y
persigan a los que lo proclaman.
Satanás se pondrá alerta al ver que la controversia se extiende a
nuevos campos y que la atención del pueblo es dirigida a la pisoteada
ley de Dios. El poder que acompaña a la proclamación del mensaje sólo
desesperará a los que se le oponen. El clero hará esfuerzos casi
sobrehumanos para sofocar la luz por temor de que alumbre a sus
rebaños. Por todos los medios a su alcance los ministros tratarán de
evitar toda discusión sobre esas cuestiones vitales. La iglesia
apelará al brazo poderoso de la autoridad civil y en esta obra los
papistas y los protestantes irán unidos. Al paso que el movimiento en
favor de la imposición del domingo se vuelva más audaz y decidido, la
ley será invocada contra los que observan los mandamientos. Se los
amenazará con multas y encarcelamientos; a algunos se les ofrecerán
puestos de influencia y otras ventajas para inducirlos a que renuncien
a su fe. Pero su respuesta constante será la misma que la de Lutero en
semejante trance: "Pruébesenos nuestro error por la Palabra de Dios."
Los que serán emplazados ante los tribunales defenderán enérgicamente
la verdad, y algunos de los que los oigan serán inducidos a guardar
todos los mandamientos de Dios. Así la luz llegará ante millares de
personas que de otro modo no sabrían nada de estas verdades.
A los que obedezcan con toda conciencia a la Palabra de Dios se les
tratará como rebeldes. Cegados por Satanás, padres y madres habrá que
serán duros y severos para con sus hijos creyentes; los patrones o
patronas oprimirán a los criados que observen los mandamientos. Los
lazos del cariño se aflojarán; se desheredará y se expulsará de la
casa a los hijos. Se cumplirán a la letra las palabras de Pablo:
"Todos los que quieren vivir píamente en Cristo Jesús, padecerán
persecución." 2 Timoteo 3:12. Cuando los defensores de la verdad se
nieguen a honrar el domingo, unos serán echados en la cárcel, otros
serán desterrados y otros aún tratados como esclavos. Ante la razón
humana todo esto parece ahora imposible; pero a medida que el espíritu
refrenador de Dios se retire de los hombres y éstos sean dominados por
Satanás, que aborrece los principios divinos, se verán cosas muy
extrañas. Muy cruel puede ser el corazón humano cuando no está animado
del temor y del amor de Dios.
Conforme vaya acercándose la tempestad, muchos que profesaron creer en
el mensaje del tercer ángel, pero que no fueron santificados por la
obediencia a la verdad, abandonarán su fe, e irán a engrosar las filas
de la oposición. Uniéndose con el mundo y participando de su espíritu,
llegarán a ver las cosas casi bajo el mismo aspecto: así que cuando
llegue la hora de prueba estarán preparados para situarse del lado más
fácil y de mayor popularidad. Hombres de talento y de elocuencia, que
se gozaron un día en la verdad, emplearán sus facultades para seducir
y descarriar almas. Se convertirán en los enemigos más encarnizados de
sus hermanos de antaño. Cuando los observadores del Sábado sean
llevados ante los tribunales para responder de su fe, estos apóstatas
serán los agentes más activos de Satanás para calumniarlos y acusarlos
y para incitar a los magistrados contra ellos por medio de falsos
informes e insinuaciones.
En aquel tiempo de persecución la fe de los siervos de Dios será
probada duramente. Proclamaron fielmente la amonestación mirando tan
sólo a Dios y a Su Palabra. El Espíritu de Dios, que obraba en sus
corazones, les constriñó a hablar. Estimulados por santo celo e
impulso divino, cumplieron su deber y declararon al pueblo las
palabras que de Dios recibieran sin detenerse en calcular las
consecuencias. No consultaron sus intereses temporales ni miraron por
su reputación o sus vidas. Sin embargo, cuando la tempestad de la
oposición y del vituperio estalle sobre ellos, algunos, consternados,
estarán listos para exclamar: "Si hubiésemos previsto las
consecuencias de nuestras palabras, habríamos callado." Estarán
rodeados de dificultades. Satanás los asaltará con terribles
tentaciones. La obra que habrán emprendido parecerá exceder en mucho
sus capacidades. Los amenazará la destrucción. El entusiasmo que les
animara se desvanecerá; sin embargo no podrán retroceder. Y entonces,
sintiendo su completa incapacidad, se dirigirán al Todopoderoso en
demanda de auxilio. Recordarán que las palabras que hablaron no eran
las suyas propias, sino las de Aquel que les ordenara dar la
amonestación al mundo. Dios había puesto la verdad en sus corazones, y
ellos, por su parte, no pudieron hacer otra cosa que proclamarla.
En todas las edades los hombres de Dios pasaron por las mismas
pruebas. Wiclef, Hus, Lutero, Tyndale, Baxter, Wesley, pidieron que
todas las doctrinas fuesen examinadas a la luz de las Escrituras, y
declararon que renunciarían a todo lo que éstas condenasen. La
persecución se ensañó entonces en ellos con furor; pero no dejaron de
proclamar la verdad. Diferentes períodos de la historia de la iglesia
fueron señalados por el desarrollo de alguna verdad especial adaptada
a las necesidades del pueblo de Dios en aquel tiempo. Cada nueva
verdad se abrió paso entre el odio y la oposición; los que fueron
favorecidos con su luz se vieron tentados y probados. El Señor envía
al pueblo una verdad especial para la situación en que se encuentra.
¿Quién se atreverá a publicarla? El manda a Sus siervos a que dirijan
al mundo el último llamamiento de la misericordia divina. No pueden
callar sin peligro de sus almas. Los embajadores de Cristo no tienen
por qué preocuparse de las consecuencias. Deben cumplir con su deber y
dejar a Dios los resultados.
Conforme va revistiendo la oposición un carácter más violento, los
siervos de Dios se ponen de nuevo perplejos, pues les parece que son
ellos mismos los que han precipitado la crisis; pero su conciencia y
la Palabra de Dios les dan la seguridad de estar en lo justo; y aunque
sigan las pruebas se sienten robustecidos para sufrirlas. La lucha se
encona más y más, pero la fe y el valor de ellos aumentan con el
peligro. Este es el testimonio que dan: "No nos atrevemos a alterar la
Palabra de Dios dividiendo Su santa ley, llamando parte de ella
esencial y parte de ella no esencial, para obtener el favor del mundo.
El Señor a quien servimos puede librarnos. Cristo venció los poderes,
del mundo; ¿y nos atemorizaría un mundo ya vencido?"
En sus diferentes formas, la persecución es el desarrollo de un
principio que ha de subsistir mientras Satanás exista y el
cristianismo conserve su poder vital. Un hombre no puede servir a Dios
sin despertar contra sí la oposición de los ejércitos de las
tinieblas. Le asaltarán malos ángeles alarmados al ver que su
influencia les arranca la presa. Hombres malvados reconvenidos por el
ejemplo de los cristianos, se unirán con aquéllos para procurar
separarlo de Dios por medio de tentaciones sutiles. Cuando este plan
fracasa, emplean la fuerza para violentar la conciencia.
Pero mientras Jesús siga intercediendo por el hombre en el santuario
celestial, los gobernantes y el pueblo seguirán sintiendo la
influencia refrenadora del Espíritu Santo, la cual seguirá también
dominando hasta cierto punto las leyes del país. Si no fuera por estas
leyes, el estado del mundo sería mucho peor de lo que es. Mientras que
muchos de nuestros legisladores son agentes activos de Satanás, Dios
tiene también los suyos entre los caudillos de la nación. El enemigo
impele a sus servidores a que propongan medidas encaminadas a poner
grandes obstáculos a la obra de Dios; pero los estadistas que temen a
Dios están bajo la influencia de santos ángeles para oponerse a tales
proyectos con argumentos irrefutables. Es así como unos cuantos
hombres contienen una poderosa corriente del mal. La oposición de los
enemigos de la verdad será coartada para que el mensaje del tercer
ángel pueda hacer su obra. Cuando la amonestación final sea dada,
cautivará la atención de aquellos caudillos por medio de los cuales el
Señor está obrando en la actualidad, y algunos de ellos la aceptarán y
estarán con el pueblo de Dios durante el tiempo de angustia.
El ángel que une su voz a la proclamación del tercer mensaje,
alumbrará toda la tierra con su gloria. Así se predice una obra de
extensión universal y de poder extraordinario. El movimiento
adventista de 1840 a 1844 fue una manifestación gloriosa del poder
divino; el mensaje del primer ángel fue llevado a todas las estaciones
misioneras de la tierra, y en algunos países se distinguió por el
mayor interés religioso que se haya visto en país cualquiera desde el
tiempo de la Reforma del siglo XVI; pero todo esto será superado por
el poderoso movimiento que ha de desarrollarse bajo la proclamación de
la última amonestación del tercer ángel.
Esta obra será semejante a la que se realizó en el día de Pentecostés.
Como la "lluvia temprana" fue dada en tiempo de la efusión del
Espíritu Santo al principio del ministerio evangélico, para hacer
crecer la preciosa semilla, así la "lluvia tardía" será dada al final
de dicho ministerio para hacer madurar la cosecha. "Y conoceremos, y
proseguiremos en conocer a Jehová: como el alba está aparejada su
salida, y vendrá a nosotros como la lluvia, como la lluvia tardía y
temprana a la tierra." "Vosotros también, hijos de Sión, alegraos y
gozaos en Jehová vuestro Dios; porque os ha dado la primera lluvia
arregladamente, y hará descender sobre vosotros lluvia temprana y
tardía como al principio." "Y será en los postreros días, dice Dios,
derramaré de Mi Espíritu sobre toda carne." "Y será que todo aquel que
invocare el nombre del Señor, será salvo." Oseas 6:3; Joel 2:23;
Hechos 2:17, 21.
La gran obra de evangelización no terminará con menor manifestación
del poder divino que la que señaló el principio de ella. Las profecías
que se cumplieron en tiempo de la efusión de la lluvia temprana, al
principio del ministerio evangélico, deben volverse a cumplir en
tiempo de la lluvia tardía, al fin de dicho ministerio. Esos son los
"tiempos de refrigerio" en que pensaba el apóstol Pedro cuando dijo:
"Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros
pecados; pues que vendrán los tiempos del refrigerio de la presencia
del Señor, y enviará a Jesucristo." Hechos 3: 3:19 20.
Vendrán siervos de Dios con semblantes iluminados y resplandecientes
de santa consagración, y se apresurarán de lugar en lugar para
proclamar el mensaje celestial. Miles de voces predicarán el mensaje
por toda la tierra. Se realizarán milagros, los enfermos sanarán y
signos y prodigios seguirán a los creyentes. Satanás también efectuará
sus falsos milagros, al punto de hacer caer fuego del cielo a la vista
de los hombres. Apocalipsis 13:13. Es así como los habitantes de la
tierra tendrán que decidirse en pro o en contra de la verdad.
El mensaje no será llevado adelante tanto con argumentos como por
medio de la convicción profunda inspirada por el Espíritu de Dios. Los
argumentos ya fueron presentados. Sembrada está la semilla, y brotará
y dará frutos. Las publicaciones distribuidas por los misioneros han
ejercido su influencia; sin embargo, muchos cuyo espíritu fue
impresionado han sido impedidos de entender la verdad por completo o
de obedecerla. Ahora los rayos de luz penetrarán por todas partes, la
verdad aparecerá en toda su claridad, y los sinceros hijos de Dios
romperán las ligaduras que los tenían sujetos. Los lazos de familia y
las relaciones de la iglesia serán impotentes para detenerlos. La
verdad les será más preciosa que cualquier otra cosa. A pesar de los
poderes coligados contra la verdad, un sinnúmero de personas se
alistará en las filas del Señor.
Temed a Dios y dadle Gloria
"Mas en vano me honran, Enseñando doctrinas y mandamientos de
hombres." Mateo 15:9.
"Les decía también: Bien invalidáis el mandamiento de Dios para
guardar vuestra tradición." Marcos 7:9.
"Entonces Pedro y Juan, respondiendo, les dijeron: Juzgad si es justo
delante de Dios obedecer antes á vosotros que á Dios." Hechos
4:19.
"Y como los trajeron, los presentaron en el concilio: y el príncipe de
los sacerdotes les preguntó, Diciendo: ¿No os denunciamos
estrechamente, que no enseñaseis en este nombre? y he aquí, habéis
llenado á Jerusalem de vuestra doctrina, y queréis echar sobre
nosotros la sangre de este hombre.Y respondiendo Pedro y los
apóstoles, dijeron: Es menester obedecer á Dios antes que á los
hombres." Hechos 5:27-29
"Entonces respondiendo Jesús, les dijo: Erráis ignorando las
Escrituras, y el poder de Dios. El cual quiere que todos los hombres
sean salvos, y que vengan al conocimiento de la verdad." 1 Timoteo
2:4.
"¡A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme á esto, es porque
no les ha amanecido." Isaías 8:20.
"Temed á Dios, y dadle honra; porque la hora de su juicio es venida;"
Apocalipsis 14:7